En la Comunidad Valenciana tenemos la suerte de disfrutar de uno de los parajes naturales mas bonitos de toda España, la Albufera de Valencia constituye un enclave importante para la fauna y la flora local y se ve amenazada constantemente por la mano del hombre sin que parezca que nadie haga algo para evitarlo.
Por Yelei Zhan
¿Existen formas de explotar ecológicamente la albufera?
La Albufera es un enclave importante para la fauna y flora de la Comunidad Valenciana y que entra directamente dentro del término municipal de la ciudad de Valencia. Cuenta con una extensión de 211,2 km². En 1986 fue declarada Parc Natural, siendo reconocida en 1989 como humedal de importancia internacional y en el año 2000 fue introducida de la Red Natura, una serie de áreas que son catalogadas como zonas de conservación de la biodiversidad europea con el propósito de mejorar la preservación de las especies y hábitats de Europa.
La Albufera se encuentra en un estado eutrófico generando una pérdida en la calidad del agua por la gran aportación de nutrientes que recibe. Esta aportación proveniente de los cultivos de arroz principalmente, no solamente acoge nutrientes sino también pesticidas.
En 2016 se tomaron una serie de muestras del agua y sedimentos de la Albufera, durante el periodo del cultivo del arroz, siendo publicados los resultados en el artículo «Pesticide contamination in water and sediment of the aquatic systems of the Natural Park of the Albufera of Valencia (Spain) during the rice cultivation period» en junio de 2021.
En las muestras analizadas se descubrieron 21 pesticidas en el agua y 17 en los sedimentos, el problema radica en que 7 de los pesticidas encontrados y analizados en las muestras del lago de la albufera están ya prohibidos por normativa. Estas prohibiciones vienen dadas por sus potenciales daños para la salud humana y el medio ambiente, en 2021 se prohibido el propanil un pesticida utilizado en el cultivo del arroz por su resistencia al mismo, pero que afecta a las hormonas masculinas y posiblemente es cancerígeno.
Durante estos años hemos consumido alimentos tratados con este pesticida, 9 años donde el Ministerio de agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha autorizado su uso. ¿Cómo debemos responder ante esta situación?
Otras problemáticas
Hoy en día el lago de la albufera es el punto de encuentro de una gran multitud de visitantes que se reúnen para observar el atardecer. Estos llegan minoritariamente en autobús, en bicicleta y mayoritariamente en su vehículo personal. A parte, otra atracción turística son las rutas en barca y la hostelería, como en el conocido pueblo del Palmar que conecta directamente con el lago. Al tratarse de un lago que conecta directamente con la playa, son muchos los que aprovechan para visitar las playas del Saler.
Sin embargo, algunos aspectos negativos que se pueden observar de este turismo es la basura generada. A medida que se recorre el parque natural puedes observar cigarrillos, confeti, botellas de plástico, vidrio, papel. Estos son un problema para el parque porque son elementos que tardan en degradarse y que visualmente suponen un desprecio a la naturaleza y un riesgo para la fauna de la zona.
En algunas recolectas de basura que se realizan en el parque por parte de empresas de concienciación se han podido recoger hasta 12 kg de basura.
Una de las actividades con gran impacto son las rutas en barca. Estas crean un impacto acústico que afecta a la fauna de la zona y un impacto tanto atmosférico como químico al utilizar motores de diésel o gasolina que emiten contaminantes atmosféricos tales como el CO2, óxidos de azufre y nitrógeno muy tóxicos para la salud, además vierten sus residuos como aceites y combustibles al lago afectando directamente a los ecosistemas del lago (Doménech, 2020).
El movimiento de las barcas produce olas que erosionan la vegetación y aumentan la turbidez. La instalación de barcas eléctricas sería una buena soluciona a toda esta problemática, algo que ya ha comenzado a instaurarse.
Una de las propuestas que podrían ayudar a proteger este paraíso sería el establecimiento y fomento de rutas ecológicas que permitan a los ciudadanos disfrutar de esta maravilla de la naturaleza y a su vez conservarla tal y como propone Carolina Montaño. La duda que me genera es, todas estas propuestas, ideas y artículos que van surgiendo, donde se plantean formas para conservar mejor el lago o donde se demuestra la utilización de elementos prohibidos dañinos, ¿Sirven de algo para cambiar la situación?.